Hay algunas infecciones y enfermedades infantiles bastante comunes (ve nuestro artículo enfermedades infantiles), pero en este artículo decidimos hablar sobre las infecciones infantiles respiratorias, para explicarte un poco más qué infecciones infantiles respiratorias son más comunes, cuáles son graves e incluso algunos síntomas que debes tomar en cuenta.
No te lo pierdas.
Infecciones infantiles respiratorias
Las infecciones infantiles respiratorias deben su continua aparición a contagios y virus.
Es importante recalcar que el sistema inmunológico de tu pequeño es el que lleva las riendas de este tipo de procesos, así que manteniéndolo alimentado saludablemente puedes evitar muchas de estas (revisa verduras para niños para darte algunas útiles ideas).
Tipos de infecciones infantiles respiratorias
Las vías aéreas son parte del proceso respiratorio que se lleva a cabo continuamente, las cuales tienen dos divisiones: vías aéreas superiores y vías aéreas inferiores.
¿En qué consisten? Las vías aéreas superiores constan de la faringe, laringe y nariz. Las vías aéreas inferiores son la tráquea, los pulmones y los bronquios.
Los tipos de infecciones se dividen así:
Superiores. Si de vías aéreas superiores puede tener un resfriado común (del cual solo tratan los síntomas, pero el cuerpo se curará solo), sinusitis, faringitis o laringitis.
Inferiores. Menos comunes, las enfermedades de vías aéreas inferiores puede ser bronquitis o neumonía.
Así, cuando te den un diagnóstico o escuches hablar sobre infecciones infantiles respiratorias de vías aéreas inferiores o superiores sabrás de qué están hablando.
Síntomas
Los síntomas varían dependiendo de la enfermedad, en todo caso es mejor llevarlo al médico si:
-Tiene dificultades para tragar
-No tiene apetito
-Rechaza la comida
-Tiene dificultades para respirar
-Tiene fiebre alta
Cómo evitarlo
La prevención es la mejor medida de seguridad para nuestros hijos. ¿Cómo realizarlo? Te damos estos tips para evitar las infecciones infantiles respiratorias en tu niño.
Ventila la casa. Cuando una casa está cerrada con demasiada frecuencia se acumulan esporas y toxinas que son aspiradas por todos los miembros de la familia. Por ello es importante abrir las ventanas al menos unas horas al día.
Lavarse las manos con frecuencia. Esta verdad puede evitarnos muchos sustos. Así te desprendes de microbios, virus y bacterias que pueden llevarte a diversas enfermedades.
Evitar cambios bruscos de temperatura. Pasar del calor al frío o viceversa con celeridad confunde a tu cuerpo, por ello si sabes que saldrán al frío y están en un lugar caliente abrígalo, en caso contrario destápalo.
Evitar contagios. Aunque a tu pequeño le duela es mejor que no conviva con su amiguito si tiene bronquitis o laringitis.
Cualquier cosa anómala que observes en tu pequeño puedes llevarlo al médico, como mamá te darás cuenta de que algo anda mal.
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